De recorrida [LIBRE]

Mis compañeros de clan estaban perdidos. Jasper y María solían desaparecer un tiempo, en sus viajes y batallas, vivían su propia aventura. Por mi parte, estando sola, sin pareja ni amigos por mi reciente transformación, estaba aburrida así que me aventuré a viajar hasta España.
Al llegar, me encargué de buscar hotel y asentarme allí. Mi equipaje no era mucho, si de humana usaba siempre lo mismo, ¿por qué cambiaría ahora?
Después de una ducha relajante, me puse mi jersey beige, unos jeans y zapatillas, y salí a recorrer las calles españolas.

Los líderes de mi clan, me mandaron a una misión en España, yo no la entendía muy bien, pero la acepte sin rechistar. Ya allí los llamaría para que me explicarán mejor, sin tener que ver la cara que se le pone a Aro cuando no entiendo una misión. Entré a un hotel, de 4 estrellas, y me alojé allí. Inmediatamente dejé las maletas tiradas por la habitación, y me fui a una cabina telefónica, ya que mis maestros no me dieron el dinero suficiente para administrármelo también en un móvil. Inserté la calderilla que llevaba en el bolsillo delantero en la cabina telefónica, con garabatos y algunas partes desgastadas de la acera frente al hotel.

Al salir del hotel vi un teléfono público y una chica usándolo. Eso me dio la idea de hacer una llamada a Jazz y María para avisarles que no me iban a encontrar en México. No es que se preocuparan mucho por dónde estuviera, pero para que supieran que debían prescindir de mi don por un tiempito.

Me quedé detrás de ella esperando a que terminara para usarlo. No acostumbraba llevar móviles encima, no me llevaba muy bien con la tecnología.

Nadie cogía el teléfono, que extraño, casi siempre solían estar... bueno, no le dí importancia, cuando me giré vi a una chica de tez blanca, de ojos color miel y por su olor detecte que era vampira, muchos años llevaba con eso de los olores. Además de que su corazón no hacía su típico latido. -¿Vas a usar el teléfono? Dije dirigiéndome a ella, ya que suponía que eso es lo que quería, era lo normal estando en una cabina de teléfono.

La chica era como yo. Bueno.. de la misma raza. Sus movimientos eran delicados y casi se podían comparar con los de una bailarina de danza. Era pequeña de contextura.
- Humm, sí lo usaré, pero no estoy apurada, estoy de paseo.. - respondí con un tono amable al ver que su intento de llamada había sido infructuoso.

Salí de la cabina cediéndole para que pasará. -Muy bien, pues no le quiero molestar. Dije con una sonrisa, quizás esperaría a que dejase el teléfono para hablar con ella, no me sonaba su cara y me temía que quizás pudiera haber un clan nuevo. -Por cierto, hola. Le dije con una sonrisa, no quería ser descortés, pero me parece que era tarde para no serlo. -Si después no tienes prisa, me gustaría hablar contigo. Dije mientras me sentaba en un banco cercano de piedra, situado al lado de la usada cabina.

Su expresión se volvió un tanto calculadora, pensativa.
- Hola, soy Bella - la saludé del mismo modo que ella lo hizo y pasé a la cabina para poder usarla. Me dijo que si luego podía hablar con ella.
- Claro, no hay problema - asentí mirándola con curiosidad.

Me volteé frunciendo el ceño sin saber de qué se trataría y encerrándome en la cabina para pasar a marcar el número de Jasper.
- Jasper, ¿qué tal? soy Bella - le saludé cuando atendió - sí, todo está bien, tranquilo - le respondí a su interrogante. Pude oir a María cerca de él y también otras voces que no reconocí - Sólo les quería avisar que estoy en España, son unos días.. - oí sus recomendaciones y peticiones de que no me perdiera, bromeando por mi pasada falta de orientación, que me cuidara. Con una sonrisa en la cara le respondí - Bien, lo haré, luego les contaré mis aventuras. Aunque apuesto que no serán comparables a las suyas - él alardeó bromeando y luego nos despedimos.
- Sí, diviértanse también y no se metan en problemas - sonreí - Adiós!

Salí de la cabina y pagué el gasto de la llamada. Busqué nuevamente a la chica y con una sonrisa dije - Ya acabé - anuncié.

-Por cierto soy Alice. Le dije con una sonrisa extendiendo la mano para estrechársela. -¿Quieres tomar algo? Le pregunté, ya que creo que me llevaría tiempo preguntar sobre su clan para luego informar al mio. -Yo invitó. Añadí con una sonrisa.

- Claro Alice, suena genial.. - acepté sin más con una sonrisa amable también.
Nos pusimos en marcha hacia el lugar. Tendría que guiarme porque no conocía nada de España, era la primera vez que venía - Y ¿eres de aquí o paseas?

-La primera vez que tengo, pero tendré que fiarme de mi instinto natural. Dije con una sonrisa. -¿Qué deseas tomar? Si es lo que yo se, se donde conseguirlo.. Dije con una sonrisa si pronunciar el nombre temiendo que alguien escuchara lo que dijera, y quedaría un tanto peculiar, en una supuesta conversación de "humanas".

Sonreí por su comentario - Bueno, sonará extraño, pero me apetece un helado.. - la comida humana no me resultaba repulsiva, como a la mayoría, sino que, en especial con los helados y las bebidas, podía sentirles un buen sabor. No sabía si ella tuviera mi misma dieta - ¿Eres tradicional, verdad? - dije refiriéndome a si se alimentaba de sangre humana.

-Pues si que me resulta extraño, en fin.. Dije quedándome a cuadros, "¿Un helado?" Bueno, a gusto de consumidor. Escuché su siguiente pregunta y sonreí. -Sí. Dije con una sonrisa. -Aunque supongo que tu no debes ser muy tradicional pidiendo un helado.. Dije dejando la última palabra flotando. Encontré una heladería a la vuelta de la esquina, entramos y dejé a Bella que eligiera el que más le gustaba, mientras yo me sentaba en una silla dejando la mente en blanco.

Rei por su reacción - No, no soy muy tradicional, soy vegetolacteana - sonreí con mi invento, viendo su cara de confusión.
Llegamos a la heladería y ella se sentó a esperar
- Hola, uno de chocolate y fresa - cuando me lo entregó, regresé a la mesa con Alice - anda pruébalo, no es tan terrible.. - le ofrecí una cuchara para que pudiera probarlo, divertida por su cara.
- Te recompensaré por esto luego, iremos por tu "bebida" si quieres - me llevé mi cucharada a la boca saborendo el helado con gusto.

-No gracias. Dije mirando la cuchara de helado con asco. -No hace falta, no tengo demasiada quemazón. Dije con una sonrisa. -¿Donde propones hablar para que nadie nos escuché? Dije sonriendo pero a la vez con cara de asco viendo como se comía el helado.

Me lo pensé un momento, viendo su cara de asco disfrazada con una sonrisa - Bueno.. podemos ir a la playa o al bosque - el día estaba nublado por lo que podíamos andar sin reparos. Engullí otra cuchara de helado.

-A la playa, no es un lugar que vea muy amenudo. Dije mientras me levantaba y cogía una chaqueta que puse en la silla. Me la coloqué, metiéndola por un brazo y a continuación por el otro. -¿Te parece bién? Dije con una sonrisa.

- Sí, perfecto, yo tampoco la frecuento - me levanté de la silla y llevé mi helado conmigo, mirando a la gente a nuestro alrededor.
Me agradaba estar en compañía de Susan, ya que era del tipo de chica que la gente miraba mucho, entonces yo podía estar tranquila pasando desapercibida.
- Y dime.. ¿eres nómada que estás paseando sola por aquí? - comenzamos a caminar rumbo a la playa.

-No exactamente. Dije con una sonrisa. -¿Y tu eres nómada?Le pregunté interesada por su contestación, no creo que fuera nómada..

Acabé el helado y tiré el vasito en un cesto de basura.
- Bueno, a veces creo que lo soy, estoy siempre sola.. - eso me molestaba a veces. Echaba de menos a Charlie y Renée. Esta vida era buena en cierto modo pero la eternidad parecía un lugar muy solitario y por sobre todas las cosas, si hay algo que no te gusta en la vida, deberás padecerlo siempre, es inagotable. Esa idea asusta.
- Pero teóricamente tengo un par de compañeros.. quienes se encargaron de mi transformación - la miré. Me quedé pensando qué habría querido decir con "no exactamente".

-¿A sí? ¿Y.. pertenecéis a un clan? Estaba muy interesada por sus respuestas, ya que podría buscar información de ese clan. Llegamos a la playa y nos sentamos en un tronco caído cerca de una pequeña hoguera. La verdad es que las hogueras no me hacían mucha gracia, si veía una inmediatamente me venía a la cabeza, criaturas como nosotras, incinerándose...

Nos sentamos en un tronco en la playa. Sentía la arena cálida a través de mi calzado.
- Sí, estamos en México. Pero somos un clan tan pequeño que nadie nos conoce.. - jugueteé con la arena entre mis dedos y giré la mirada hasta verla directamente a los ojos.
- Cuéntame de ti - la alenté con una sonrisa.

-No hay mucho que contar, aunque.. me gustaría saber más de tu clan. ¿Sois mucho? ¿Tenéis alguna finalidad en concreto? Pregunte con una sonrisa disimulando lo más natural posible. -Si tu me cuentas, yo te cuento. Dije con una sonrisa.